LA HISTORIA DE CECILIA

LA CESÁREA DE MARCOS.


Desde el séptimo mes de embarazo empecé a dudar  sobre el desempeño de mi obstetra. Sentía que no podía conectar conmigo, que no escuchaba mis necesidades. Varias veces le plantee que yo quería tener un parto vaginal, poder tener a mi hijo en brazos apenas naciera y poder ofrecerle el pecho en ese instante.
Por miedo, o por no conocer decidí no cambiar de medico, faltaba tan poco para el parto que no lo creí apropiado.
Llego la fecha probable de parto (20 de enero de 2007) y yo no tenía síntomas, ni contracciones, ni había perdido el tapón mucoso. Tenia que cumplir con un control semanal, monitoreos y demás. En el ultimo control el medico me dice: ”Si no nace para el miércoles 24 te interno”. En ese momento sentí mucho miedo, yo no quería que me internen y me induzcan el parto de manera artificial, pero como enfrentarme ante un sistema perverso llevando a cuestas un mar de sensaciones tan fuertes como son las de una mujer a punto de convertirse en madre.
Llego la noche del 23 de enero. Comimos y me acosté a dormir. Me desperté a la madrugada con la sensación de tener mi ropa interior mojada, pero no le di importancia y volví a acostarme. Cuando volvió a pasarme llame a mi partera, me contesto que tenía que revisarme, así que nos dirigimos al sanatorio.
Llegamos a las 7:00 de la mañana, a las 7:30 ya estaba internada, con una bata puesta y diagnostico de rotura prematura de bolsa. La partera me dijo, “la bolsa no se rompió, pero esta fisurada y por las dudas es mejor internarte”
A pesar de mi negación, me pusieron el suero y me indujeron el parto. Pase 10 horas de fuertes contracciones, observada constantemente. Me realizaron  alrededor de seis tactos acompañados por un gesto negativo. “No estas dilatando” Es la frase que mas me acuerdo. La verdad es que tenia mucha vergüenza, no logre conectarme con mi ser interior. Me sentía frustrada, que no lo estaba logrando. No pude ser protagonista en mi parto. Tampoco pude estar a solas con mi marido, él no se separo de mi lado pero aun así no estábamos juntos, porque en el medio estaba la partera, la enfermera. A las 18:00 hs llego el obstetra, me reviso y me dijo que así no iba mas. Que tenia que hacerme una cesárea. Sentí tanto miedo, y a la vez sentía que había fracasado, que no lo había logrado. Que no me estaban respetando. Sin preguntarme nada, habían decidido por nosotros. Por otro lado me faltaba información, y eso genera incertidumbre, genera dudas y desconfianzas.
Me llevaron al quirófano, me rasuraron y a las 18:42 nació mi hijo Marcos. Me lo acercaron a la cara y yo no podía siquiera moverme, estaba paralizada por el miedo. No entendía porque me estaba pasando eso. No me permitieron tenerlo en brazos y lo llevaron para realizarle todos los procedimientos de rutina. A mi me cocieron y me llevaron a la habitación. Alrededor de las 21:00 hs nos trajeron a nuestro hijo. Yo seguía con mucho miedo y la anestesia me generaba temblores involuntarios en los brazos, pero en el momento en que me pusieron a mi hijo en brazos se calmaron y no volvieron más. El nacimiento de mi hijo Marcos fue uno de los momentos mas importantes de mi vida, estoy feliz por haberlo vivido, porque el me mostro un camino. Fue necesario vivirlo para poder tomar conciencia  que yo soy dueña de mi cuerpo y tengo derecho a parir en libertad, solo era necesario conocerme un poco mas y confiar en mi. También abrirle la puerta a mi pareja, para que pueda entrar y acompañarme.

Cecilia y su primer hijo en su panza

Cecilia y Marcos.



EL PVDC DE MAYRA.
Después del nacimiento de Marcos, de muchas preguntas sin respuestas, de mucho laburo interno, de pensar y repensar lo que nos había sucedido. Nos animamos y gestamos a Mayra. Deseábamos mucho tener otro hijo, pero esta vez estábamos mas informados y nos sentíamos dueños de nuestro embarazo. Después de los primeros controles con mi ginecóloga y de visitar obstetras que me anunciaban una segunda cesárea, decidí tener a mi hijo en mi hogar. Digo “decidí” porque al principio deseo era mío y mi pareja me acompañaba y escuchaba.
Nos conectamos con profesionales excelentes, a los cuales agradezco su compañía infinitamente. Ellos supieron guiarnos en este camino de la manera más confortable posible y con mucho cariño.
De a poco fuimos adueñándonos de nuestro parto. Siendo protagonistas. Asistimos a reuniones quincenales donde podíamos escuchar a otras parejas  y contar nuestros miedos. Preguntar, reírse. En fin; un espacio para poder confirmar nuestra decisión.  Ya en este momento mi pareja deseaba tanto como yo elegir un parto respetado.
Llamativamente el parto de Mayra comenzó de la misma manera que el de mi hijo Marcos, pero el desenlace fue totalmente distinto.  El 24 de mayo de 2011 comencé a sentir mi ropa interior húmeda, por dentro pensé….Otra vez! Pero trate de no pensar y seguir con mi actividad. Al día siguiente ya era más evidente, así que llame a mi obstetra, ella me dijo que era una posibilidad que la bolsa se haya fisurado, pero que no me preocupe. La única indicación fue quedarme en casa, tranquila, y esperando el momento que mi hija y yo encontremos apropiado para dar a luz.
Los días pasaban, pero yo seguía igual. Por momentos estaba muy nerviosa, ansiosa. Me preguntaba por qué no comenzaba mi trabajo de parto.
El sábado 28 a la noche, luego de una intensa conversación con mi obstetra, me acosté y apenas pasada la medianoche rompí bolsa. En ese momento me invadió la felicidad y también tenia ansiedad por saber como iba a ser todo. Llame a la obstetra, y como no tenia contracciones me dijo que me quedara acostada hasta que comience el trabajo de parto. Poco después comenzaron algunas contracciones cada 20-30 minutos. Y así pase la primera noche. Entre contracciones dormía, por momentos conversaba con mi pareja. Estábamos felices.
A la mañana vinieron mis padres a llevarse a Marcos. Ya estábamos solos. Y esperábamos con alegría a Mayra. Las horas pasabas y yo seguía igual.  Eso comenzó a angustiarme, ¿por qué no comenzaban las contracciones fuertes?. Sentía que mi cuerpo no funcionaba. Me duchaba. Mi pareja me acompañaba en todo momento, me preparaba infusiones, me hacia mimos. Yo necesite llorar, reírme, conectarme con mis miedos, con mis deseos más profundos. Mi partera vino a visitarme y a escucharnos. Nos dijo que todo estaba bien, solo había que esperar pero que el camino era el correcto, solo había que recorrerlo de a poco.  Paso a segunda noche, las contracciones fueron más fuertes, ya no podía dormir. Así que cada vez que venia una contracción yo la acompañaba con cantos y caminaba. Pude acompañar cada una de ellas y recorrerlas. Ya era la mañana del lunes, y como de repente, luego de tomar un jugo de naranjas comencé a tener contracciones mas seguidas. Necesite ponerme debajo de la ducha. Llamamos a la partera. Comencé a sentir una energía que salía dentro de mi  que no había sentido nunca, me sentía poderosa. Apenas llego mi partera me reviso y con una gran sonrisa me dijo: “ya esta! Tenés dilatación completa” esas palabras me dieron mas fuerza. Ya no podía hablar, así que yo me movía y ellos me seguían. Hasta que encontramos una posición para poder parir. Mi cuerpo sabía que hacer, solo confié en él. Y después de algunos pujos Mayra estaba prendida de mi teta.  Fue un momento único y hermoso.

Cecilia y Mayra en su panza

Mayra recién nacida, conociendo a su hermano mayor Marcos

Mayra en la teta de su mamá


4 comentarios:

  1. QUE MARAVILLOSA HISTORIA!!! Corregime si me equivoco, pero estuviste una semana con fisura de bolsa? Que lindo que se respetaron los tiempos de las dos... hermoso relato!

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    1. Muchas Gracias!!!Si! Es Así, Estuve una semana con fisura de bolsa. Y estoy super agradecida que se hayan respetado los tiempos. Solo trate de no salir de casa, por precaución. la obstetra me explico que en mi casa yo estaba en contacto con mis propios "bichos", entonces no se corrían riesgos. Siento que se respeto lo que en mi parto anterior no se había respetado!
      Me alegro que te haya gustado el relato!

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  2. Hermoso Ceci!!!!!! me hubiese encantado dar a luz a mis hijos. Con León llegue a la 41 sin dilatación ni contracciones ni pérdida de nada, luego del goteo sin resultado y con 2 vueltas de cordón al cuello y en los pies, a cesárea! como sufrí no poder participar!!!! Y con Máximo había pasado muy poco tiempo de la cesárea anterior y la cicatriz se estiró demasiado con riesgo de abrirse (además era enorme, 4kg)así que otra vez cesárea :( Besos y mucho amor para los 4

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