LA HISTORIA DE SOFÍA

LA CESÁREA DE MAITE.


Qué difícil se me hace comenzar este relato… Tuve un embarazo normal hasta la semana 30 donde según mi medico la bebé crecía poco, el mismo medico que no se acordaba mi nombre y que cuando le dije que fumaba 2 o 3 cigarrillos no me nombró las consecuencias de fumar estando embarazada.  La ecografía de esa semana revelaba que mi bebé no crecía como tendría que crecer, eran solo unos gramos y unos centímetros pero como yo no sabía nada y les di el poder absoluto a los médicos me dejé llevar. A la semana 34 repetimos la ecografía y seguía teniendo un peso por debajo al “normal”, pongo normal entre comillas porque no se qué parámetros tienen en cuenta para decir cuánto debe pesar y medir un bebé.  A partir de ahí cada lunes me hacía un eco doppler y cada viernes una ecografía, había que controlar si la nena crecía y si el liquido era el adecuado porque venía bajando. Luego de 2 semanas de angustia, llanto, miedo e incertidumbre (aclaro que todos estos sentimientos en parte se debieron a mi ignorancia, a no informarme y entregarme completamente a los médicos) mi adorado obstetra decidió que mi bebé debía nacer, me dijo que iba a estar mejor afuera que adentro y así fue como comenzó todo.                                                                                                          Un viernes estando de 37 semanas me interné, la noche anterior por supuesto no dormí. Llegué en ayunas a la clínica a las 7:30 y recién cerca de las 10 me pusieron el goteo, yo seguía como si nada hubiera pasado excepto por el profundo miedo que invadía mi cuerpo. A las 13 hs me realizan un tacto y no había ninguna modificación, como la indicación era que mi hija debía nacer ese día ni siquiera le dieron tiempo a la oxitocina asique me quitaron la vía y me dijeron que en un rato me venían a buscar para llevarme al quirófano. Me largue a llorar, desde que tengo uso de razón sueño con parir asique era la mayor desilusión de mi vida. Mi mamá y mi marido trataban de calmarme, lo importante ahora era la bebé y en eso estábamos todos de acuerdo. Cerca de las 14 hs golpean la habitación, me dicen que agarre una bombacha, apósitos y me llevan en la silla de ruedas al quirófano, mi marido se queda agarrando el resto de las cosas, nunca me avisaron que él no iba a estar conmigo, por ende no me pude despedir…en esa habitación enorme llena de instrumentos quirúrgicos, con un anestesista que me hablaba de Cristian Castro, con frio, miedo, vulnerabilidad y no se cuantas cosas más empiezan a prepararme. Me ponen un suero tras otro, me hacen sentar para la epidural, luego me acuestan, me atan, y comienza el desfile de médicos como si yo fuera una ratita de laboratorio y como si ese momento no quedara gravado en mi memoria y mi corazón por siempre. Con Sui Generis de fondo (aclaro que amo Sui Generis pero hubiera preferido que en ese momento se me respetara y que no canten) me preguntan si me duele (me estaban tocando la panza) les digo que sí y acto seguido me realizan la incisión, me pongo a gritar del dolor dado que la anestesia no había hecho efecto (tengo antecedentes hereditarios de problemas con anestesia) y una máscara  con anestesia  general sin previo aviso hace que hasta acá llegue el recuerdo de mi cesárea. Cuando despierto de esta pesadilla me pongo a gritar por el dolor de panza, pensaba que eran contracciones y el camillero que me estaba llevando a la habitación me dice que mi hija ya había nacido, yo no entendía nada, pregunto cómo está mi bebé y no me contesta. El dolor era insoportable, creí que me moría, ahora de lejos me doy cuenta que la epidural nunca hizo efecto y las enfermeras tardaron 2 hs en darme calmantes, 2 horas que estuve rezando para no morirme, pensando cómo estaba mi hija prematura e indefensa. Al rato mi marido me dice que es hermosa, que la vio, que tenia respirador porque no podía hacerlo solita, se me caían las lagrimas, mi hija estaba sola luchando por su vida y a mí me acaban de arruinar el momento que debía ser el más feliz de mi existencia. Toda esa tarde sin hablar, solo llorando del dolor físico y emocional que tenia. Al otro día me dicen que puedo ir a verla, no podía caminar pero con tal de conocer a mi hija soportaba cualquier dolor. Me llevan en silla de ruedas hasta la puerta de Neonatología, me dicen que hasta ahí llegaba la silla y que debía entrar caminando, hago un par de pasos y no puedo más, el dolor me invadía, no podía conocer a mi hija porque no podía llegar a ella. Se apiadan de mí y me entran la silla, estaba ahí tan chiquitita, tan solita, dormía y yo no quería molestarla. No la toqué, no la besé, no le hablé, nada del instinto maternal que tenia me salió…todo se opacó con la falta de humanización profesional. A cualquier mamífero que le sacan su cría apenas nace y se la dan después de unas horas no la reconoce como suya, eso me había pasado a mí. Hoy a la distancia me doy cuenta que no la quería tocar, que no quería cambiarle los pañales, todo por miedo….por miedo a hacerle mal cuando una madre que ama a su hijo jamás puede hacerle daño. Esta cadena de sucesos desafortunados se completó perfectamente con la falta de apoyo e información sobre Lactancia Materna, mi hija estuvo 8 días internada en neonatología, nadie me dijo como debía prenderla a la teta, como debía sacarme leche para favorecer la producción, cada cuanto tiempo, nada de nada. Hice lo que pude, lo que veía que hacían otras madres y por supuesto que no alcanzó. Mi bebita de 2,170 kg no logró tomar leche materna exclusiva nunca. Sus 2,170 kg eran completamente adecuados para su edad gestacional, no era necesario sacarla del vientre materno y hacerla pasar por respirador artificial, neonatología, separación materna y tantas otras cosas más. Ojalá algún día el equipo médico que me atendió leyera mi relato, ojala supieran todo el mal que hicieron en mi corazón, las marcas insanables que me dejaron en mi y en mi hija, así pensarían dos veces antes de actuar.


Sofi y Maite, ocho días luego de su nacimiento, la primera foto que pudieron sacar en familia 


EL PVDC DE ZOE.

Hacia 2 años y 9 meses tuve a mi primer hija por cesárea, creo que innecesaria pero ya no importa. Esta vez todo iba a ser diferente, desde antes de embarazarme que venia buscando información y personas que me acompañaran y me apoyaran a intentar un parto vaginal y así fue. Todo comenzó el jueves 03 de junio. Mi FPP era para el martes 01 y para ese entonces mi ansiedad era insoportable. A la mañana todo parecía normal hasta que fui al baño y vi un flujo rosa, nada del otro mundo, no era sangre pero sí era diferente a lo que venia teniendo durante el embarazo. Esperé un rato para ver si paraba o no y entonces llamé a Nati (una de las parteras) para preguntarle si eso era el tapón mucoso o si tenia que preocuparme, ella me dijo que estaba empezando a trabajar el cuello del útero, que no me alarme y que preste atención si veía el tapón. Así estuve todo el día, con contracciones cada 10 minutos mas o menos un poco más dolorosas que las de siempre pero nada que no pudiera tolerar. Esa tarde vino Laura (mi doula) y tomamos mate toda la tarde, hablamos mucho sobre el parto, sobre otras cosas que nada tenían que ver con el tema y jugamos con Maite (mi nena). Alrededor de las 16 hs. comencé a perder el tapón. Por la noche vino mi mamá y se llevó a Maitena a dormir a su casa, creíamos que iba a comenzar el trabajo de parto en cualquier momento y no queríamos que Maite sufriera viendo como me dolían las contracciones. Esa noche costó dormir pero pudimos, de vez en cuando me despertaban las contracciones pero por lo menos dormimos un poco. Por la mañana del viernes Cris (mi marido) ya había decidido no ir a trabajar pensando que el nacimiento era inminente pero igual tuvo que ir un rato, yo me desperté, fui a la panadería y lo esperé con mate. Al mediodía salimos a caminar para ver si podíamos acelerar un poquito el proceso, las contracciones eran cada 7 u 8 minutos, cada vez dolían más. Por la tarde vino Ana (la otra partera), tomamos mate, hablamos un rato y decidimos que me revisara para ver como veníamos y para decidir si se quedaba a pasar la noche acá o si se iba a su casa. Sorprendentemente tenia borrado el cuello del útero solo 2 cm. por lo que faltaba que se borre el centímetro restante y recién ahí comenzar a dilatar. Estando los 3 de acuerdo Ana se fue a su casa y nos dijo que descansemos, que esto venia para largo. Todos los indicios eran buenos síntomas y que sea tan lento y progresivo según ella era mejor para que el útero se acostumbre de a poco a la exigencia y al dolor y yo también.
Un poco decepcionados comimos y nos fuimos a dormir. Maitena se quedó nuevamente en la casa de mi mamá por las dudas. A esta altura nosotros la extrañábamos un montón pero no queríamos arriesgarnos a traerla y después tener que llamar para que la vengan a buscar en medio de la noche. Dormir fue una tarea casi imposible. Cada contracción me despertaba, a medida que pasaba el tiempo el dolor era cada vez mas intenso y me costaba mucho estar acostada. Muy temprano me levanté y con ayuda de la pelota fui pasando las contracciones. Llamamos a mi mamá para que nos traiga a Maite por lo menos un rato así la veíamos, la extrañábamos horrores!!! Alrededor de las 9 comencé a tomar el tiempo de las contracciones para ver como venían, eran cada 5 minutos y no paraban. Decidí bañarme y llamar a Ana para que viniera. A las 11 llego Maite y ahí me relajé un poco, me sentía mucho mejor estando con ella, realmente la necesitaba. Cerca de las 13 hs llegan las 2 parteras y la doula. El día estaba hermosísimo, mucho sol y hasta calorcito. Almorzamos en el patio, nos reímos mientras no tenia contracciones, mimamos mucho a Maite, hablamos de varias cosas y Cris nos hizo unas ricas milanesas con ensalada. Pasamos un muy lindo almuerzo al aire libre. A las 16 hs decidimos que seria bueno ver como venia el tema ya que mis contracciones durante este tiempo que estuvieron ellas eran cada 4 o 5 minutos. Sin poder creerlo Nati nos dice que tenía solo 1 cm. de dilatación y el cuello totalmente borrado. Era muy angustiante saber que había pasado tanto tiempo y tanto dolor para que recién tuviera 1 cm. Las chicas deciden irse y dejarnos para que miremos una peli, vayamos a tomar un helado, tratemos de dormir o cualquier cosa que pueda distraernos porque por lo visto el trabajo de parto era súper lento. Dormir fue imposible, lo imposible era acostarme, no había forma de que pudiera tolerar las contracciones acostada o semisentada. Tenía mucho sueño pero no encontraba posición para dormir. Solo arriba de la pelota sentía alivio.
No tenía hambre, sentía nauseas. Ya eran las 18 o 19 hs cuando siento que no puedo más y la angustia me gana. La llamo a Ana para preguntarle qué podía tomar como parámetro para llamarlas ya que contracciones había tenido todo el día y eran cada 4 minutos, no se espaciaban. Estaba bastante fuera de sí. Sentía la necesidad de que empiece de enserio el trabajo de parto, no aguantaba mas la incertidumbre y la ansiedad que me estaba jugando una mala pasada. Me dice Ana si quería que viniera, a mi me daba vergüenza hacer que venga otra vez pero no veía otra opción, necesitaba estar con ellas. Ana entonces habla con Laura (la doula) y le cuenta como estoy, Lau que vive mas cerca de casa viene cerca de las 21 hs y ahí sí que comenzó todo de verdad. Nos encerramos en la habitación a oscuras, solo con la luz tenue de una estufa halógena, así estuvimos durante horas. Con masajes en las caderas, palabras justas, frases hermosas y mucho animo logré atravesar esas duras contracciones que eran cada 2 minutos y muy pero muy fuertes. No podía comer nada, solo tomaba Gatorade para hidratarme y unas pocas rodajas de manzana. Maite finalmente se quedó con nosotros, parece que el destino quería eso, que dejemos de planificar y preparar, que Zoe iba a llegar cuando quisiera y no cuando nosotros lo pensemos. Cris iba y venia, se encargaba de la nena y me daba ánimos a mi, estaba justo cuando lo necesitaba y cuando sentía que quería estar sola con las chicas él se iba con Maite, fue perfecta la combinación. A esa altura ya no tenía noción del tiempo. Me dijeron después del parto que las parteras llegaron entre las 23.30 y las 24 hs. Para mí entre las 21 hs y el nacimiento no habían pasado más de 2 horas pero no fue así. Cuando llegaron Ana y Nati yo estaba súper concentrada y venia trabajando muy bien con Laura. Internamente quería que me revisaran para saber cómo progresaba pero no toleraba la opción de acostarme y además estaba tan sumergida en mi mundo tratando de sobrellevar cada contracción que no quería interrumpir ese momento. Cada tanto escuchábamos los latidos de Zoe, todo venía muy bien. A cada ratito quería hacer pis así que me abrigaba para salir de la pieza que estaba calentita e iba, el inodoro ayudaba bastante a tolerar las contracciones, también me agarraban algunas mientras iba o volvía y me apoyaba en la pared esperando a que pase. Maite entraba y salía de la pieza a su antojo, venia, miraba que pasaba, a veces me hablaba o me preguntaba cosas y se iba a seguir mirando dibujitos. Nunca lloró ni se angustió por escucharme gritar. Cerca de las 2.20 AM decidió irse a dormir, Cris le hizo una mamadera y no se la escucho mas, una santa!!!
La ultima vez que fui al baño miré el reloj y eran las 2.30 AM!! No podía creer que había pasado tanto tiempo!!!! Despedí un coagulo de sangre y resto del tapón y ahí mismo las parteras me dijeron que me ponga el camisón. Volví a acostarme en la cama en posición de 4 patas recostada sobre la pelota y sin que nadie me dijera nada comencé a pujar. Mi cuerpo me pedía que puje, me ardía mucho, sentía presión. No creí que ya era el momento, había sido todo tan lento que pensé que faltaba mucho aun, no quería ilusionarme todavía. Pujé unas 3 o 4 veces y se rompió la bolsa, en el siguiente pujo sale la cabeza y en el próximo nace mi bebé, 3.04 AM. Mas maravilloso imposible!!!!!! Fue mágico, lo mas intenso que viví en mi vida!!! Apenas nació Zoe me senté y me la pusieron en mi pecho, estábamos felices, atontados!!! No se si eran las hormonas, el cansancio o qué pero estábamos como idos, en seguidita que nació la bebé yo me reía porque habían pasado unos minutos sin contracciones, era la gloria para mi!!! Esperamos que dejara de latir el cordón, enseguida salio la placenta, me acomodé bien en la cama, le di el pecho y estuvo casi 1 hora succionando. A las horas la revisaron, la pesaron, midieron, yo me levanté y me bañé! No podía creer estar caminando a 2 horas de haber parido!!! Cuando tuve la cesárea con mi primer hija tardé como 3 días en poder caminar mas o menos….y todo era dolor y sufrimiento, en cambio ahora me reía, comía helado, disfrutaba de mi hija, de mi pareja, de mis parteras y mi doula que fueron impresionantes!!! Todo era felicidad!!!
Es maravilloso vivir esta experiencia!! Se puede parir en libertad, se puede parir después de una cesárea y se puede vivir el nacimiento como un acto de amor, respeto e intimidad!


Sofi, Zoe y el equipo maravilloso que las acompaño en su llegada

6 comentarios:

  1. lei tu relato, lamento mucho lo que te hicieron pasar, la verdad una falta no solo de profecionalismo sino tambien de amor por el ser humano, tendrias que haber puesto el lugar donde te paso esto para que otras madres no pasen por las manos de esos desalmados, te felicito por tus dos bebas, creo que hiciste muy bien en compartir tu experiencia de vida

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  2. Hermoso Sofi!!!! Ayer me puse melancolica poruqe con Esther llego al quirofano con 9 de dilatacion sin contracciones y con una mega varice en la vulva que no me dejo parir. cuando me hicieron la cesarea, en mi utero habia varices enormes. Todavia no se si podre buscar el quinto. Espero poder!

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  3. Gracias!! Abrirme y contar mis relatos me ayuda a sanar y si puedo ayudar a otras mujeres muchisimo mejor. Maitena nacio en la Maternidad de Lomas de Zamora.

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  4. Qué lindo Hijita ... te imaginás que no pude evitar de derramar algunas lágrimas ... Qué loco que todos los nacimientos se recuerdan como algo precioso, festivo, y cuando recuerdo aquello todavía siento mucha angustia ... aunque el parto de Zoe haya sido para sanar las heridas del de su hermanita Maitena ... Gracias al inmenso regalo de amor que nos dan los niños a diario uno ya no vive con eso ... pero recordarlo duele y esperamos que nadie más tenga que pasar por algo parecido ... Sofi has sido muy valiente ... gracias por enseñarme tanto todos los días ... Te amo bebita, porque siempre serás mi Bebé ... Mami .-

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  5. Hermoso relato, tambien como tu sufrí una cesarea que aun cuando creo que no fue tan tranumatica, si me dejó con sentimientos encontrados. Ahora en mi segundo embarazo me he informado y rodeado de personas que buscan el parto respetado por lo que espero en Dios que Gaby llegue por PVDC y pueda ser una experiencia maravillosa y lograr para lo que Dios nos ha preparado, para parir a nuestros hijos, Felicidades por tus dos nenas y por lograrlo, un abrazo desde Monterrey Mexico
    Martha Becerra

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  6. MUY EMOCIONANTE TU HISTORIA, Y ME DA MUCHO ALIENTO PARA PODER BUSCAR UN PROXIMO BEBE POR PARTO NATURAL QUE TAMBIEN ES MI SUEÑO, LA VERDAD ES QUE IGNORABA MUCHO TODAS LAS COSAS QUE ESTOY APRENDIENDO ACA SOBRE EL EMBARAZO Y LA MATERNIDAD SIEMPRE TOME LA PALABRA DEL MEDICO COMO LA UNICA VERDAD Y QUE DEBIA HACER TODO LO QUE ME DECIAN POR PARA ELLO HABIAN ESTUDIADO Y SABIAN MAS QUE YO, PERO AHORA QUE EMPEZE A INVESTIGAR Y LEER VEO QUE HAY MUCHAS TEORIAS Y LA VERDAD QUE ESTOY DEL LADO DEL PARTO NATURAL Y DE LA CRIANZA CON Apego Y NO A FAVOR DE LA CESARIA Y DEL METODO ESTIVIL QUE MUCHOS ME INSISTEN EN QUE LO DEBO APLICAR Y DEBO CASTIGAR A MI HIHA SI NO OBEDECE PARA QUE APRENDA Y NO ME TOME EL TIEMPO. ME ALEGRO HABERME DADO CUENTA CREO Q A TIEMPO PARA PODER REVERTIR LA SITUACION Y DARLE A MI HIJA DE DOS AÑOS TODO EL AMOR QUE TENGO PARA ELLA. SOFI HERMOSA TU HISTORIA Y UN EJEMPLO PARA MI! EXITOS DE CORAZON. YESICA DELGADO

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