LA HISTORIA DE GABRIELA.

LA CESÁREA DE DELFINA.



Allá por marzo de 2008, más específicamente un 9 de marzo, dos cuerpos se encontraban para crear vida… Crear vida con un amor muy grande… Era una vida muy deseada, muy buscada, por más de siete años.
Pero si les cuento desde mas atrás en el tiempo, tengo que contarles que con mi marido buscábamos un hijo desde hacia siete años cuando logramos un embarazo y lo perdimos. Luego nuestra vida transitó por clínicas y hospitales buscando la razón de no volver a quedar embarazados. Hasta que en noviembre de 2007 me operaron pensando que tenía endometriosis y no… Era una obstrucción de trompas, que nunca me explicaron bien de donde provenía.
No importa, ya pasó. Estábamos ansiosos, esperábamos lograr el embarazo.  El médico que me operó no me dio esperanzas e inmediatamente nos envió a fertilidad a iniciar un tratamiento In vitro. No poco fue lo que lloré pensando que para nuestra situación económica iba a ser imposible afrontar los gastos de semejante tratamiento. Y si pudiéramos era empezar otra vez a poner nuestra intimidad en manos de médicos, otra vez la invasión a la vida y tal vez la frustración de no lograrlo…
Pero encontramos un Hospital, el Hospital de Clínicas, donde los valores eran mas accesibles y nos lo recomendaron mucho. Fuimos. Nos mandaron a hacer una serie de análisis para comenzar de inmediato el tratamiento In vitro. Eso fue un 18 de marzo de 2008… Si sacan la cuenta mas arriba les conté que un 9 de marzo…
Sí, ya estaba embarazada!!!
Nunca hicimos los análisis y a los pocos días, sentí la falta de mi período y corri como cada mes a comprar un test… La emoción me desbordó al ver las dos rayitas!!! Ni siquiera pude esperar a Marce, tenía que hacerlo y ver el resultado. Y ahí comenzó la maravillosa experiencia de ser mamá, me sentí mamá desde ese instante en el baño llorando junto al test. Y le pedí tanto a Dios no perderla esta vez!!!
Fueron meses difíciles los primeros, con miedos, muchos miedos… Pero cuando pasaron los meses, veía las ecografías, veía la panza crecer… Empecé a disfrutar. Disfruté cada kilo que aumenté, cada foto que me saqué  con la panza. Disfruté.
Y digamos que me faltó mucha información porque llegada la semana 40, un monitoreo nos mostró que Delfina tenía los latidos muy bajitos y tenía que nacer por cesárea, ya “Tu bebé está sufriendo, tiene muy bajitos los latidos”… Eran las 11:30 del sábado 6 de diciembre de 2008. Jamás había pensado en una cesárea… Yo había estado presente en la cesárea de mi ahijadito y no la sentí traumática, pensaba. Y además iba a estar mi marido conmigo sosteniendo mi mano, y mi obstetra al que tanto quería, (me auto consolaba) no era tan malo.
Pues si, fue tan malo. Porque no lo dejaron entrar conmigo a Marce (aduciendo que era política de la clínica, yo ni enterada de la Ley 25.929 en esa época) y mi médico, que estuvo junto a nosotras durante 9 meses, estaba en Uruguay y no llegaba… que mas podía pasar? Vino un médico muy amable que se presentó como parte del equipo de mi obstetra. Yo le pagué a mi obstetra (El doctor Jorge Roselló para que me atendiera ya que no estaba en cartilla de mi obra social) Mi partera estaba ahí, pero no me prestaba atención ni me contenía… Solo estaba. Me dieron un pedazo de tela blanco para ponerme a modo de camisón, espantoso, que no cerraba, asi que andaba semidesnuda, paseando en camilla por la clínica. Me pusieron la via, después de rogarles que por favor no me la colocaran en la mano sino en el brazo que molesta menos, ya había padecido una trombosis en mi operación de desobstrucción de trompas por tener la vía en la mano. Quisieron ponerme una sonda a la que me negué llorando. Mis nervios eran cada vez mas y el miedo a lo desconocido era mucho. Me despedí de Marce sin poder parar de llorar. Me sentía tan sola y aterrada. Me llevaron en camilla a un pasillo, sola, mientras preparaban el quirófano.
Una vez adentro, el anestesista me dice que me coloque en posición fetal para colocar la anestesia en la columna. No me trató muy bien, me dolió bastante y creo que hasta me retó por moverme. Les iba contando que tenía náuseas, que me bajaba la presión que temblaba sin parar, “Si es normal” Es lo único que escuchaba de parte de ellos.
Me ataron una mano y con la otra me agarré fuerte de la partera, que ni me miraba. El médico me dijo: Voy a cortar pero no te va a doler. Lo que dolió o me hizo desesperar y empezar a gritar fueron las 4 o 5 veces que el anestesista se subió arriba de mi panza y empujaba como quien quiere sacar dentifico del fondo de un envase. En ninguno de mis gritos y mi desesperación alguno me calmó o me dio palabras amorosas, ninguna palabra era para mi. Les gritaba: Me duele! Me duele!! Y yo… desconectada, ida… Delfi salió de mi panza a las 14:24 y yo no entendía todavía que había pasado, me mostraron su colita haciendo caca y no atiné a pedirla, ni a besarla, ni a verle la carita, yo no estaba ahí.
Escuché que el obstetra le decía al anestesista: Ponele algo que está muy nerviosa. Y me dormí. Unas horas.
 No se que le hicieron a Delfi, jamás había buscado información acerca de las practicas que sufren los bebes por “rutina”. Una hora después se la dieron envueltita a Marce, ya bañada y vestida, pero él de mi aún no sabia nada, yo dormía.
Y desperté mucho después en la habitación. Y la desconexión era tal que Delfi no se prendía a la teta. Yo inmóvil, el dolor de la operación era mucho, el dolor de los pechos también. Y creo que el mayor dolor, que con el tiempo pude ir entendiendo fue el desconectarme de mi hija de esa manera. El tiempo me ayudo a acercarme y dar un giro de 360 grados. Con mucho esfuerzo y tiempo logramos que tome la teta. A los 3 días me bajó la leche y al no prenderse Delfi se me congestionaron ambos pechos, eran dos rocas, asi me fui a mi casa de alta sin que nadie me de una mano. Al llegar a casa fui a ver a mi obstetra y la mejor solución que se le ocurrió fue darme un supresor de la leche, me dijo que solo iba a menguar la producción. Pues no fue así: Me cortó la producción. Asi que a sumar otro dolor, quedarme sin leche. Le lloré tanto por teléfono: Por qué me sacaste la leche!? Le decía llorando. Asi que para no aguantarme mas supongo, me mando a La Liga de la Leche, ahí te van a ayudar me dijo. (Y por qué no me mandó antes de medicarme? Pensé después) Dos meses nos llevó relactar y dejar la mamadera con fórmula. Pero lo logramos!
Y ese fue el primer paso para sanar todo lo vivido y enfocar mis energías en cambiar la historia de este nacimiento tan tormentoso.
El relactar, darle la teta por dos años y el tipo de crianza respetuosa que elegimos para Delfi, fueron fundamentales para poder dejar de condenarme por la cesárea innecesaria que sufrimos. Nos arrebataron el parto de manera brutal, dejamos que sucediera por falta de información. O tal vez todo eso debió pasar para que así comenzara la búsqueda interior de respuestas. La búsqueda de algo distinto, la búsqueda del respeto, del amor, de la verdad. No lo se.
Este relato lo escribí hace mucho ya, hoy al releerlo solo agregué un par de detalles, todavía duele. Duele más que éste sea el relato del nacimiento de mi primer hija que nos llenó de felicidad, que nos completó y nos transformó en una familia. Pero que fue doloroso y dejó una marca importante. Delfi nos hizo crecer muchísimo como pareja y como papás. Es la luz de nuestra vidas y todo lo que pasamos juntas nos fortaleció, no me quedé con lo que pasó, fui por mas, me informé, busqué respuestas, lloré, despejé dudas y hoy les aseguro que esa mujer a la que destrozaron, renació y no se quedó quieta. Estoy segura que vamos a cambiar la historia, por mi, por Delfi, porque ella va a saber que mamá luchó para hacer valer sus derechos de mujer mamá, tal vez algo tarde, pero que con la llegada de un hermanito/a la historia va a ser diferente. Para todos.

Gabriela y Delfina, luego de la cesárea. 

EL PVDC DE LUCIANA 

Tantos relatos de partos leídos… Siempre las ganas de escribir el propio aparecían… Siempre la pregunta: Como será el mío? Como será la primer contracción? Lograré mi PVDC tan ansiado? Lo lograré?... Bueno… Acá va mi relato… Porque, lo logré!!! Y lo comparto con ustedes que desde el principio estuvieron conmigo de una u otra forma y porque a mí, leer los relatos de otros partos me atudó muchisimo en mi camino.

El viernes 21de octubre me desperté y escuché que Marce se iba a bañar. Eran las 4:40. Me levanté y lo esperé, necesitaba mimos, tuvimos relaciones. Un poco de sexo nos iba a venir bien a esta altura, fantaseábamos con
la prostaglandina ayudaría a empezar el trabajo de parto.
Estábamos ahí abrazados cuando llegó una contracción. Diferente, era más fuerte que las que venía sintiendo. Eran las 6:00. Desde ese momento ya no se detuvieron.
Ya hizo efecto? Tan pronto? Nos dijimos.
Las contracciones aumentaban en intensidad, las pasaba acostada de lado en el sillón apretándole fuerte las manos a Marce y con una queja, o soplando con fuerza. A los minutos otra y otra más. Decidimos llamar al equipo de Parteras de PSI. Ese llamado que tantas veces imaginamos!!
Atendió Pau el teléfono y le dijo a Marce que nos quedáramos tranquilos, que había empezado el trabajo, pero que controláramos como eran las contracciones, cada cuanto, y que volviéramos a llamar si se intensificaban o se presentaban mas seguidas y regulares. Me sugirió meterme a la bañera unos 40 minutos para ver si mermaba el dolor y si las contracciones se espaciaban. Lo hice, las contracciones seguían.
Estuvimos asi hasta las 10 más o menos. En ese momento se despertó Delfina, mi hijita menor y mientras la venía a buscar mi amiga que la cuidaría, sostuvo mi mano junto a su papá en un par de contracciones. Le dijo a Marce cuando pasó una fuerte y al escuchar mi queja: Papi, mamá parece una oveja!!
Vino Naty a buscar a Delfi y ella se fue muy contenta, sabía que iba a nacer su hermanita, me dio un gran beso que no me voy a olvidar nunca y bajó con su bolsito. La verdad es que en ese momento me sentí fluir mas libre, no quería preocuparla, y si bien con cada contracción le decía que mamá estaba bien, contenta porque estaba por llegar la hermanita… Necesitaba que ella no estuviera a esa altura del TP.
Se fue Delfi y ahí volvimos a llamar a las chicas. Las contracciones seguían, yo creo que cada 5, u 8 minutos, no controlábamos tanto el tiempo, pero eran seguidas. Empezaban despacito e iban aumentando en intensidad. Dolían, y ese dolor me hacía sentir que Luciana estaba cerca, que mi sueño de parir estaba cerca, eran las tan esperadas contracciones que nunca sentí con Delfi. Después, la calma, el descanso.
En una contracción sentí que perdía sangre. Me miré y le dije a Marce que se lo contara a Pau. Pau preguntó si era sangre con flujo, de ser así estaba perdiendo el tapón mucoso y era normal, pero si era sangre, y mucha, no íbamos a llegar al Austral, tendríamos que ir al hospital mas cercano (Nooo!! Por favor, no! Pensé). Marce se alarmó y yo también asi que me levanté de la cama, me costó muchísimo hacerlo, sentía mucho dolor, y le dije a Marce: No me puedo levantar vida, siento que me parto, decile a las chicas. A lo que él me respondió: Te tenés que levantar, si no podés, de alguna manera al auto te tengo que llevar! Los dos queríamos ya estar en el Austral. Me levanté. Agarré una toallita de mano y desde ese momento controlé que no hubiera sangre.
A las 11 pautamos la internación para las 14 hs.
Emprendimos el viaje.
Me acomodé acostada de costado en el asiento de atrás con unos almohadones, estaba muy cómoda. A 5 cuadras de casa, Marce se da cuenta que el radiador se quedó sin agua y empezó a calentar y a fallar. En el mismo momento que siento una contracción “nueva” mucho mas dolorosa, diferente que en el pico del dolor me daba sensación de pujo! Y con esta nueva contracción un grito primal que salía de mis entrañas se hacía presente. Ese grito que había escuchado nombrar, pero que en mi vida había salido de mí… Hasta ese momento.
Marce se dio vuelta y me preguntó como estaba, si después que pasaba el dolor estaba bien. Le dije que si. Es más después de cada contracción de esas poderosas me dormía. Estoico pero algo nervioso siguió unas cuadras hasta la estación de servicio y entrando en contramano buscó agua para el auto. Otra contracción de estas llegó y mis gritos se escuchaban a metros!
Nos quedaba una hora y cuarto de viaje por lo menos, Marce pensando que el auto nos dejaría, llamó a un amigo para que estuviera atento por si lo necesitábamos de ambulanciero. Durante todo el viaje Pau y Marce se comunicaban. Por donde están? Como está Gabi? Él le iba pasando el parte. Nunca le conté que tenía sensación de pujo, no quería ponerlo nervioso. Así que él estaba tranquilo de que todo iba bien, que allá en el Austral nos esperaban varias horas de trabajo, como habíamos aprendido en el transcurso de los encuentros.
Yo tenía mi mano adentro de la ropa interior porque en cada contracción verificaba que no hubiera sangre. Solo seguía saliendo esta especie de moco con algo de sangre, como me había dicho Pau.
A la mitad del viaje, la sensación de pujo llegó acompañada de otra cosa: Sentí que el periné se redondeaba hacia fuera y me era imposible contener el pujo. No le dije nada a Marce, no quería que manejara mas nervioso y quería llegar ya al Austral!
El auto se portó bien y nos dejo seguir viaje sin problemas.
Creo que cada 5 minutos o menos, no tengo noción, venía una contracción y el pujo incontenible. Me dormía entre una y otra. Y yo le repetía a Luciana: Hijita, por favor, en el auto no, aguanta un poquito que ya llegamos, no me nazcas en el auto!!!
Vino una contracción donde sentí un Pfff!!! Se había roto la bolsa (Me dijo Pau después qué es lo que había pasado, pero estaba tan encajada que no mojé nada, su cabecita hacía de tapón) La  redondez del periné era mayor, sentí los labios abrirse, sentí que se abría algo.
Cerca de llegar, le pregunto a Marce: Falta mucho vida? Y me dice, no, estamos a 10 cuadras más o menos.
Llamá a Paula por favor, decile que le siento la cabeza!!!!! Y ahí si que se puso nervioso! Y cuando Pau lo escuchó creo que también! Pidió enseguida una camilla para esperarme apenas llegáramos.
Acá me dije: Me nace acá, me nace acá! Le siento la cabeza! (En realidad no era la cabeza afuera, me dijeron las chicas mas tarde, sino hubiera nacido en el auto. Era la presión que hacía y se sentía la protuberancia en el periné… Pero fue muy loco sentirlo!)
Fueron las diez cuadras mas largas de nuestras vidas. Semáforos en rojo y autos que no nos dejaban pasar, Marce un genio, con la pila de nervios que tenía, manejaba, hablaba con Pau, me hablaba a mi… Mi amor, mi gran compañero!!!
Al llegar estaciona el auto en la entrada de la guardia. Paula y Gloria estaban ahí esperándonos, Pau se apuró para abrir mi puerta. Cuando las vi, respiré, me sentí aliviada y me sentí en casa. Se me fue el miedo, ya está: Habíamos llegado! Iba a parir!!
Bajé del auto y enseguida me ayudaron a subir a la camilla. Desde este momento no sentí más contracciones. (Solo una en el trayecto hasta la habitación 626 pero no la recuerdo, me lo contó Pau) Yo tenía los ojos cerrados, solo los abrí para buscar a Marce: Donde está Marce? Pregunté. Acá estoy! Escucho, había llegado de estacionar el auto. El ticket de estacionamiento marcaba las 14:11.
Había mucha gente alrededor, abrí de nuevo los ojos, rodeaban mi camilla, médicos, curiosos, no sé. Mucha gente desconocida. Yo quería cerciorarme que Pau y Glo venían con nosotros, así era. Pau empujaba la camilla y Gloria y Marce uno de cada lado me sostenían las manos.
Yo escuchaba voces extrañas, abría los ojos y había muchos médicos, enfermeras, pero de inmediato los volvía a cerrar y me desconectaba del mundo… Claro, entramos por la guardia y yo estaba ya a punto de parir, estaba todo el mundo estremecido jaja!! Pasamos por el Shock Room (De esto me enteré después porque me lo contaron) Pau cerró la puerta y despejó a unos cuantos curiosos, me sacó las zapatillas, la babucha y la ropa interior. Me dijo: Te voy a revisar Gabi. Y yo me dije: Uy, ahí viene el doloroso tacto… Ni lo sentí, ni lo sentí. Pero escuché que dijo: Está con 8 de dilatación.
8 de dilatación!!! Mi Dios que felicidad!! No la podía exteriorizar, pero la sentía, sentía a mi hijita cerca de nacer, estaba por parir, lo sentía. Estaba tranquila, en paz, feliz de sentir que todo iba como tanto lo deseábamos, estaba rodeada de la gente correcta en el lugar correcto, me sentía plena. Y el temido miedo que tuve miedo de sentir en ese momento… No estaba, no tenía miedo, me sentía muy feliz.
Subimos por el ascensor y la gente se iba haciendo a un lado, solo quedábamos nosotros 4. Por Fin llegamos a la habitación! Estábamos en la habitación 626, la que había imaginado tantas veces, con luz muy muy tenue, música suave, el hornito con esencias, toda preparada para recibir a nuestra hijita.
Las chicas de Neo querían quedarse pero Pau les dijo, vayan que falta todavía. Glo le dijo lo mismo a Marce: Está con 8 cm pero falta un trabajo todavía.
A los segundos, yo todavía en la camilla, sentí una contracción con sensación de pujo feroz! Y Paula que les dice a las chicas de Neo: No se vayan!
Luciana estaba coronando! Estaba saliendo la cabecita de mi Lu!! Pau me dijo: Gabi, dame tu mano tocala! Y le toqué la cabeza… Increíble! No tuve tiempo de incorporarme, no podía moverme durante la contracción. Yo que quería parir en cuclillas, usar la eslinga, el banquito!! Estaba en la camilla de emergencias pariendo!
Pujé, pero ya no nerviosa como en el auto, sino consciente y tranquila de que estaba ayudando a Luciana a nacer, la estaba acompañando en su trabajo y fue… Maravilloso…
Con la mitad de la cabecita ya afuera, sentí alivio y nada, pero nada de dolor y la voz dulce y angelical de Glo que me decía: Ves? Tu cuerpo te esta dando un respiro para que descanses y juntes fuerza para el siguiente pujo. Habrán pasado unos minutitos y sentí otra contracción. Esta vez Glo y Marce me pusieron un almohadón el la espalda y me incorporaron. Sentada pujé… Y sentí como el cuerpito de mi hija salía de mi, la sentí nacer, la parí!!! Un ardor, y la sensación de que quemaba… Inmediatamente la vi, era un capullito violeta, chiquitita… La envolvieron en una toallita y la acomodaron en mi pecho. Yo no podía parar de llorar, me invadía una emoción indescriptible con palabras, le dije a Marce: Mira vida, pudimos, mirala, mirala, no lo puedo creer, estoy soñando??? Y él tenía una cara de emoción tan pero tan grande que en nuestros 18 años juntos nunca había visto. La miraba a Luciana como no cayendo, eran las 14:25…
Dejó de latir el cordón, Pau le preguntó a Marce si lo quería cortar, pero él me miraba a mí y la miraba a Lu y no caía… Al final no lo cortó, pero porque estaba en un estado de confusión, adrenalina, emoción, felicidad, sentir que llegamos con lo justo, que lo logramos, todo junto… Después me dijo que no escuchó cuando le preguntaron, fue todo tan rápido, tan rápido…
No pudimos sacar fotos, no hubo tiempo ni de bajar los bolsos, yo con Luciana en el pecho y mi ropa todavía puesta.
Entró el Dr. Héctor Beccar Varela a saludarnos y se quedó acompañándonos hasta que se desprendió y salió la placenta. (Mi obstetra estaba de viaje, como pasó con Delfi, con mi anterior médico, solo que esta vez no me importó. Si no hubiera estado de viaje, no lo hubiera llamado, por la obvia falta de tiempo y porque mi equipo estaba completo!) No tenía contracciones, Luciana prendida a la teta ayudó a que lleguen algunas, pero tuve que hacer una fuerza pensada y sostenida, ayudada por los consejos de Héctor y Pau para poder pujar y que se desprenda. Finalmente después de unos minutos salió.
Pau se la mostró a Marce, él la inspeccionó toda, la tocó, sintió las membranas suavecitas que acariciaron a su hija en mi útero durante 9 meses. Sintió como era la bolsa. Fue increíble.
Y bueno, despacito todo fue acomodándose, ya habíamos logrado el sueño tan ansiado, Lu a upa mío, controlaron sus signos vitales y nos quedamos solitos.
Y no podía creer aún lo que sucedía, parí, sin peridural, sin suero, sin nada mas que mi cuerpo y la convicción de poder lograrlo, junto a un equipo hermoso. Esta vez nadie me maltrató ni a mi ni a mi beba ni a mi esposo, nadie nos separó. Todo fue mágico, casi un sueño, el mejor sueño...
Recordar todo lo sucedido ese 21 de octubre, nos hace emocionar una y otra vez. Fue un camino largo y hermoso el que recorrimos hasta llegar a nuestro PVDC (Parto vaginal después de cesárea) , y cada segundo valió la pena.
Desde la entrevista de admisión hasta ayer que nos vinieron a ver en visita puerperal a nuestra casa, nos sentimos respetados, contenidos, acompañados. Que equipo tan maravilloso que forman!
Solo tenemos palabras de agradecimiento para el quipo de PSSI, nuestra vida es un antes y un después de llegar a ustedes. Gracias Paula y Gloria, porque fueron mis ángeles guardianes junto a Marce, mi gran compañero y sostén imprescindible. No pude estar en mejor compañía para recibir a nuestra hijita.
Fue sanador. Sané una herida que tenía en mi cuerpo y una mucho mas profunda que tenía en mi alma, sané…
Estamos muy felices, muy pero muy felices!!


Luciana y Gabriela, luego de su hermosa llegada al mundo por pvdc


LA VERSIÓN DEL EQUIPO DEL PSI, HOSPITAL AUSTRAL.

El testimonio recibido es la experiencia de vida de una familia que participó del Programa PSSI. Esta crónica es de circulación interna y su redacción tiene como objetivo compartir el nacimiento con las personas que han participado del Programa y/o se encuentran actualmente planificando un PSI con el Equipo.  Así como trabajamos para preservar la privacidad e intimidad de cada nacimiento que asistimos, también queremos cuidar la trascendencia de esta historia. Es meramente por una cuestión de respeto que les pedimos tengan a bien pedir autorización a los protagonistas y/o Equipo PSSI antes de reenviar este mail a otra/s personas.
Por un mundo cada vez más sano y respetuoso.
Doulas y Parteras
Equipo Parto Seguro Sin Intervención                                  
Hospital Universitario Austral


Queridas familias PSSI!!!

Tenemos la gran alegría de contarles que, con una rapidez digna de admiración, nació Luciana la segunda hija de Gaby y Marcelo!!
Lu es una pulguita preciosa que nació el viernes 21/10 a las 14:25 hs pesando 2777 gramos.
Para quienes no conocen su historia, la primera hijita de Gaby nació por cesárea el día en que fue a hacerse un monitoreo y resultó ser no reactivo. Sin haber sentido una contracción y sin nada de dilatación, sorpresivamente le dijeron: ”va a nacer hoy, por cesárea y sin tu médico porque está en Uruguay”. Para Gaby esto fue terrible!! Ella consideraba a su obstetra como protagonista de su propia historia... lo había elegido porque era el más top!!! Ya en el quirófano comenzó a sentirse angustiada y de hecho, no pudo conectarse desde lo emocional con su beba hasta algunos días después. Ella nos contaba: "juro que sentía la necesidad de que me duerman"... "no veía la hora de que esa cirugía se terminara". 
Como si esto fuera poco, a los dos días de operada, el médico le inhibió la lactancia dándole una medicación que corta la producción de leche porque Delfi no se prendía bien, bajaba de peso y Gaby estaba angustiada; le dijo "dale leche de fórmula y listo!!!". Gaby, desesperada, pero con una firmeza inquebrantable decidió que ella amamantaría a su hija. Felizmente, dio con la Liga de la Leche, donde se encontró con gente dispuesta a ayudarla, a alentarla y a brindarle la contención necesaria para que, a pesar de que le hubiesen arrebatado brutalmente su producción de leche, Gaby lograra amamantar a su hija! No sólo lo logró y reestableció la lactancia sino que además, le dio el pecho por dos años!!!
En este embarazo Gaby iba por más!! A través de Araceli (otra mamá que nos regaló la posibilidad de acompañarla en el nacimiento de Joaquín) llegó al Dr Ortega y a nosotras.
Con su fuerza, convicción y un marido super amoroso y compañero, sumado al gran trabajo realizado y camino recorrido durante los 4 meses de encuentros, Gaby se sentía confiada en sí misma y dispuesta a PARIR a su hija. Y vaya si lo estaba!!!!
A eso de las 8 de la mañana del viernes 21 de octubre recibimos el llamado de Gaby que nos contaba que había arrancado con contracciones irregulares pero fuertes. Le recomendamos un baño de inmersión como método analgésico y con la intención de comprobar si las contracciones se regularizaban.
Al cabo de algunas horas, las contracciones se hicieron regulares: cada 5 minutos. Dimos algunas recomendaciones y quedamos en permanente contacto telefónico. Como era su primer trabajo de parto, tanto Gaby como nosotras esperábamos un proceso de muchas horas, como lo es habitualmente.  Sin embargo, la vida le tenía preparada otra historia!! Las indicaciones y prescripciones de su homeópata de cabecera también fueron de gran ayuda.
Al mediodía, todo continuaba igual: contracciones cada 5 minutos y cada vez más intensas por lo que pautamos internación.
A partir de ese momento las contracciones mantuvieron su ritmo pero se intensificaron aún más. Gaby no se podía levantar de la cama para salir hacia el hospital. Con mucha determinación, Marcelo le dijo: “hasta el auto tenés que llegar. Si no te podes levantar, te llevo yo!”. Pero no hizo falta, Gaby llegó al auto y se recostó en el asiento trasero.
Pau estaba en camino. Gloria y Claudia (que estaban en el Hospi) acondicionaron la habitación.
El viaje en auto... chan!!! de Morón a Pilar... A Gaby  la inquietaba ese viaje... En el auto, Gaby necesitó gritar con cada contracción y comenzó la sensación de pujo al poco tiempo de abandonar su casa!! Luciana quería llegar, la vida se abría paso en su cuerpo!! A pesar de lo incontenible que le resultaban los pujos, decidió no contarle a Marce para no ponerlo nervioso y entró en contacto directo con su hija: “Luciana, tenés que esperar un poquito más…no nazcas en el auto, lleguemos al hospital”. Se lo repitió una y otra vez durante este viaje tan temido por Gaby! Madre e hija sumamente conectadas y un papá que aportaba mucha paz y tranquilidad!! Qué EQUIPO!!! En un momento Gaby le preguntó a Marce si estaba nervioso y él le respondió: "no, yo estoy tranquilo" (un genio!!!!).
Varias veces llamamos a Marce durante el viaje. La última vez, Pau estaba ya en el hospital y les preguntó a cuánto estaban: “Cuánto calculás?  15 minutos?” “Sí, más o menos" dijo Marce sumamente tranquilo.. 
Pau fue directo a esperarlos en la puerta de la guardia, en el subsuelo. Los 15 minutos se hicieron 30 y se sumó Gloria a la espera. De repente, llama Marce: “estamos en el semáforo de la puerta, dice que le siente la cabeza. Puede ser?”. Lo que Gaby sentía en realidad era como un globo en el periné y corresponde a la protusión rectal cuando se acerca el nacimiento.
Segundos después de cortar, los recibimos en la puerta. Llegaron al fin!!! Pau tiró su cartera por cualquier lado y se metió adentro del auto y ayudó a Gaby a salir (eso si, con los lentes de sol perfectamente acomodados en la cabeza!!!!). Qué EQUIPO!!!!!! jajajaja
El hospital, revolucionado!! “Una mujer pariendo en el auto!!!” se escuchaba por los pasillos... Nurses, neonatologos, personal de emergencias corriendo de un lado al otro, alborotados!! Ayudamos a Gaby a subir a una camilla (esto forma parte del protocolo de seguridad y caídas del hospital en situaciones que urgen) y antes de subir al sexto necesitábamos saber si el nacimiento era inminente... chan!!!! nacería Lu en la guardia general?!?!?!?!?!?! ese era SU lugar predestinado para nacer?!?!?!?!?!
Al equipo Pau – Glo le bastaron unos pocos segundos para tener la certeza de que en ese escenario no iba a nacer Luciana! Mucha gente alrededor (toda la guardia de emergencias) con la necesidad de actuar, hacer algo y vivenciar un acto fisiológico que casi nunca ven! (hay que entender que a eso es a lo que están acostumbrados, a actuar con rapidez para salvar vidas. Y lo bien que lo hacen! Pero el nacimiento de Luciana no era algo para ellos!!).
Pau se puso un guante y realizó un tacto vaginal con la autorización de Gaby, mientras Gloria la abrazaba cual pulpo para que nadie se le acercara y para que nadie la interviniera más que Pau!!! Su Doula, una mujer al servicio de otra mujer, MADRES al servicio de otra madre, cuidándola y defendiéndola de cualquier invasión.  
“Hay tiempo!! Subamos”. Estaba con 8 cm pero muy blandito el cuello (no ofrecía ninguna resistencia), con la bolsa rota y la cabecita de la beba en 1er plano (en el primero de los 4 escalones que debe descender en la pelvis)!!!! Nos acompañaron más personas de lo que hubiéramos deseado. Sin embargo, lo único que se escuchaba eran las voces de Gloria, Pau y Marce conteniendo y contándole a Gaby lo que sucedía. Y Gaby??????? Gaby estaba en la montaña rusa de PARTOLANDIA!!!!!!! No registró absolutamente nada (a excepción de la presencia de Pau, Glo y Marce) y cuando se lo contamos después, no lo podía creer!!! Qué poder de introspección!!!! super mamiferada!!!
Llegamos a la habitación de PSSI e invitamos amablemente a todos a retirarse!!!!
Por fin, en intimidad, vino la siguiente contracción. Y con ella un grito primal que la llevó a Pau a levantar la sábana que aún cubría a Gaby en la camilla de traslado. Luciana estaba coronando!!!! (su cabeza comenzaba a asomarse). Pasó la contracción… Glo le propuso sentarse. Entre Marce y Glo ayudaron a Gaby a incorporarse un poco. Quedó semisentada, con su espalda apoyada sobre los brazos de Gloria y Marce que oficiaban de respaldo. Si antes estaba tranquilo, ahora Marce estaba tranquilísimo que hasta esbozaba chistes!!!! 
Entró la nurse y la neonatóloga que se habían retirado de la habitación apenas unos segundos atrás.
Gaby decía: “Arde, arde”(sensación habitual cuando la cabecita del bebé está coronando). “Si, arde y quema” le dijo Pau. Gaby tocó la cabecita de su hija y… siguiente contracción. Gaby no pudo contener el pujo y no tenía por qué hacerlo!!! Nació Luciana!!!! (con el cordón alrededor de su cuello, lo cual no significa ninguna complicación). Inmediatamente, al pecho de su mamá que no podía creer tener a su hija allí!!! Marce, emocionado, conmocionado, sin poder reaccionar!!! Venía tan tranquilo en el auto que todo el descontrol hospitalario lo había dejado atónito y feliz!! Luciana estaba perfecta!!.
Cuando dejó de latir, cortamos el cordón. Le ofrecimos a Marce hacerlo pero aún no podía reaccionar! Estaba maravillado...
La placenta se tomó su tiempo para salir. Como todo estaba perfectamente, la esperamos. Gaby puso a su preciosa hija en el pecho. La investigó un poco y finalmente, se prendió como loca a los 5 a 10 minutos de nacida!! Con la ayuda de Luciana, aparecieron nuevas contracciones. De mucha utilidad para desprender la placenta.
De repente entró el Dr. Héctor Beccar Varela (en reemplazo del Dr Ortega que se encontraba de viaje). Saludó y felicitó a la familia. Alentó a Gaby a pujar para expulsar la placenta. Finalmente, salió!!! Marce, ya recuperado, la inspeccionó y la acarició acercándose a las sensaciones que Luciana había experimentado en su vida intrauterina.
Pau tuvo que suturar un desgarro superficial en el periné de Gaby. También revisó internamente la cicatriz de su cesárea anterior, todo estaba indemne!!!
El clima era de felicidad, de emoción, de alegría y bienvenida!!!
Los nacimientos no saben de horarios, de tiempos. Las mujeres no somos todas iguales y tampoco lo son los hijos. Cada nacimiento es único, como únicos son cada uno de nuestros hijos. La experiencia que atravesamos en el nacimiento de cada uno de ellos, también es única!! El cuerpo no es una máquina que tarda un determinado tiempo en parir… Gracias a Dios, la vida nos tiene preparada una experiencia que es sólo propia!!!
Cuando Gaby llegó por primera vez al consultorio del Dr. Ortega, él le dijo: y cuándo vas a parir vos? porque tu amiga (Araceli - PSSI) parió en navidad y tu otra amiga, Naty, parió el 01 de mayo!!!! Gaby no contestó. Aquí la respuesta: Gaby parió el mismísimo día del cumpleaños de su obstetra!!!!!!!!! Sin embargo, Ortega pudo festejar su día y la familia Acevedo-Acilio pudo celebrar el nacimiento de Lu sin inconvenientes!!!
FELICITACIONES GABY por escucharte, por escuchar tu cuerpo, por apostar a que la sabiduría de parir estaba dentro tuyo!!! Por el camino transitado para llegar a esta felicidad que hoy tenés!! Por tu sanación!!! Por ser responsable. Una mujer maternal y luminosa.
Gracias Gaby por tu fuerza, confianza y convicción. Gracias Marce por tu paz y determinación. Nos llena de orgullo y de agradecimiento el habernos permitido acompañarlos en este momento sublime. Otro nacimiento que nos llena el alma!! Gracias Luciana por darnos el privilegio de ser parte de tu historia de vida. Gracias a Delfi, fuiste quien despertó el crecimiento humano de tu mamá.

Con amor
Pau y Glo 
Doulas y Parteras







3 comentarios:

  1. HERMOSA HISTORIA. LLORE COMO LOCA! ME ALEGRO QUE HAYAS SANADO Y QUE LE HAYAS CANTADO "RETRUCO" A LA VIDA!! QUE HERMOSA COMPAÑIA TUVISTE, GABY... LOS FELICITO!!

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  2. Ahhhh, me olvidé... FE-LI-CI-TA-CIO-NES Gaby !!! cuánto PODER FEMENINO !!!!

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